DIAGNÓSTICO Y TRATAMIENTO DE LA ARTROSIS
No existen alteraciones de laboratorio específicas de la artrosis ni marcador alguno que permita hacer un diagnóstico o seguimiento de la enfermedad.
A la exploración física, pueden observarse deformidades articulares, por aumento del componente óseo y capsular y limitación de la movilidad con dolor a la presión, chasquidos y crepitación de la articulación.
El crecimiento de los extremos de los huesos que forman la articulación puede hacer que la articulación se agrande y ensanche.
La radiología en las fases iniciales puede ser normal, aunque lo más típico es observar un estrechamiento de espacio articular asociado a esclerosis subcondral, aparición de osteofitos marginales (prominencias óseas), quistes y anormalidades del contorno óseo.
SABER MÁS SOBRE LA ARTROSIS
La osteoartritis o artrosis es la enfermedad degenerativa articular más frecuente, caracterizada por la destrucción del cartílago hialino que recubre las superficies óseas.
El cartílago es un tejido que hace de amortiguador al proteger los extremos de los huesos y que favorece el movimiento de la articulación. Cuando se desarrolla la artrosis, dicho cartílago pierde sus propiedades. Puede incluso llegar a desaparecer, haciendo que los extremos de ambos huesos rocen directamente, produciendo dolor.
Habitualmente se localiza en la columna cervical y lumbar, algunas articulaciones del hombro y de los dedos de las manos, la articulación de la raíz del pulgar, la cadera, la rodilla y la articulación del comienzo del dedo gordo del pie.
¿Cuáles son las causas?
No está claro si la artrosis es una única enfermedad o un espectro de patologías con unas manifestaciones clínicas y radiológicas similares.
Así, podemos clasificar la artrosis en dos grupos: primaria, sin una causa definida y secundaria, asociada a otras patologías (hemocromatosis, gota, diabetes mellitus, displasias óseas…).
Sea o no conocida la causa última de la enfermedad, sí que podemos hablar de una serie de factores estrechamente ligados a su desarrollo:
- Factores sistémicos: sexo, edad, herencia, osteoporosis (estado hormonal).
- Factores locales: obesidad, inestabilidad articular (laxitud, deformidades), traumatismos repetidos, sobrecarga articular (ocupacional…).
- Factores genéticos: existe una serie de genes estrechamente asociados al desarrollo de la artrosis que pueden estudiarse mediante un simple test de saliva.
¿Cuáles son los síntomas más habituales?
- Dolor articular
- Deformidad articular
- Inflamación en las articulaciones
- Rigidez
El síntoma fundamental es el dolor, de inicio insidioso, profundo y mal localizado. Este dolor suele aparecer cuando se exige un esfuerzo a la articulación enferma y, en general, empeora a medida que avanza el día. Con el progreso de la enfermedad, el dolor puede aparecer con el reposo o el descanso nocturno.
En la artrosis de la columna vertebral, se produce dolor de cuello o de la región lumbar, dificultad para el movimiento y contractura de los músculos de la región afectada.
Otra posibilidad, cuando el paciente aqueja dolor en el muslo (por dolor irradiado), es que la artrosis se localice en la cadera.
Otros síntomas son las deformidades articulares y la limitación de la movilidad con dolor a la presión, chasquidos y crepitación de la articulación. El crecimiento de los extremos de los huesos que forman la articulación puede hacer que la articulación se agrande y ensanche.
TRATAMIENTO DE LA ARTROSIS
La artrosis es una enfermedad crónica que empeora progresivamente con el pasar de los años. El tratamiento de la osteoartritis puede muchas veces reducir los síntomas, mantener el paciente activo y, en algunos casos, retardar la progresión de esta patología. El tratamiento incluye una combinación de terapias con y sin medicamentos y, en algunos casos, corrección quirúrgica de la articulación.
Los objetivos del tratamiento de la osteoartrosis son controlar el dolor y la hinchazón, mejorar la calidad de vida y prevenir la progresión de la lesión.
TRATAMIENTO NO MEDICAMENTOSO DE LA ARTROSIS
Pérdida de peso
El exceso de peso está asociado a un mayor riesgo de desarrollo de artrosis, principalmente en las rodillas. Estudios que acompañaron pacientes con sobrepeso durante 10 años mostraron que aquellos que perdieron por lo menos 4,5 kg disminuyeron en un 50% el riesgo de osteoartrosis en las rodillas.
Incluso en pacientes con sobrepeso u obesos que tienen osteoartritis, perder peso disminuye la presión en las rodillas, disminuyendo el dolor y mejorando la capacidad funcional.
Reposo
El dolor de la osteoartritis generalmente empeora después del uso prolongado de la articulación, mejorando después del reposo.
Reposar la articulación afectada en tiempos de crisis tiende a aliviar el dolor; sin embargo, un reposo prolongado puede llevar a una atrofia muscular y disminución de la movilidad articular. Por lo tanto, se recomienda el reposo solamente para cortos períodos de tiempo, generalmente 12 a 24 horas en casos de dolor agudo.
Ejercicios físicos
Pacientes con osteoartritis pueden pensar que es absurda la idea de practicar ejercicios en razón del incómodo terrible que la movilidad de las articulaciones acometidas provoca durante un esfuerzo. Sin embargo, un bueno fisioterapeuta puede crear un régimen de ejercicios individualizado que va a fortalecer los músculos alrededor de la articulación, aumentando la amplitud del movimiento.
Cuanto más fuerte y flexible es la musculatura alrededor de las articulaciones, más estables ellas quedan, disminuyendo la fricción entre los huesos, el dolor y la inflamación.
Ortesis
Ortesis son dispositivos que ayudan a mantener las articulaciones alineadas y funcionando correctamente. Existen varios tipos de ortesis que pueden reducir los síntomas y ayudar a mantener la función articular en pacientes con osteoartritis. Cintas y férulas que inmovilicen las articulaciones pueden reducir el dolor y la inflamación; muchas de ellas pueden ser utilizadas durante todo el día y la noche. Las ortesis pueden ayudar a estabilizar las articulaciones inestables.
Calor local
La aplicación de calor húmedo puede elevar el umbral de dolor y disminuir el espasmo muscular. Debe tenerse cuidado para evitar quemaduras. Botellas de agua caliente deben ser rellenadas con agua caliente pero no hirviendo.
Se puede aplicar el calor varias veces al día.
TENS (estimulación nerviosa eléctrica transcutánea)
La sigla TENS es formada por las palabras en inglés Transcutaneous electrical nerve stimulation, y significa estimulación nerviosa eléctrica transcutánea.
El TENS es un aparato que produce una corriente eléctrica suave que estimula las fibras nerviosas en la piel, interfiriendo con la transmisión de señales de dolor de las articulaciones con artrosis.
El uso del TENS como tratamiento de la artritis es polémico. Hay estudios que demuestran algún beneficio en el control del dolor, mientras que otros no mostraran superioridad en comparación al placebo.
Campo electromagnético pulsante
Conocido como Pulsed Signal Therapy (PST), se basa en la creación de campos electromagnéticos pulsantes de baja intensidad pulsátil alrededor de las articulaciones. El PST supuestamente actúa estimulando el metabolismo y la actividad de las células del cartílago. Aunque existan algunos estudios que demuestren mejora en el dolor y de la capacidad funcional, este tratamiento no tiene un volumen suficiente de estudios científicos para ser ampliamente indicado por las sociedades internacionales de Reumatología.
B. TRATAMIENTO DE ARTROSIS CON MEDICAMENTOS
Glucosamina y condroitina
A pesar de la popularidad que ganó nos últimas años, el sulfato de glucosamina y el sulfato de condroitina no presentan evidencias científicas de que realmente sean benéficos para la osteoartrosis. Pese a algunos pacientes relaten mejora del dolor con estos medicamentos, los estudios más recientes demostraron que ambos presentan solamente efecto placebo.
El sulfato de glucosamina y el sulfato de condroitina no mejoran la inflamación de la artrosis, no retardan la progresión de la enfermedad y no regeneran la articulación acometida por la osteoartritis.
Sin embargo, como son drogas prácticamente sin efectos adversos, siguen siendo muy utilizadas por algunos médicos, principalmentedebido a su efecto placebo.
Obs: no se debe utilizar la glucosamina en pacientes con alergia a los mariscos.
Analgésicos
Analgésicos simples, como paracetamol y dipirona (Metamizol), ayudan a aliviar el dolor en casos iniciales. Sin embargo, estos fármacos no actúan directamente sobre la inflamación de la osteoartritis, teniendo efecto solamente temporal.
En los casos de artrosis más severa, las analgesias de opioide (de la clase de la morfina) pueden ser utilizadas durante periodos cortos para evitar la dependencia. Los mejores resultados en el control de las convulsiones en casos de artrosis avanzada se obtienen cuando se asocia un opiáceo analgésico y antiinflamatorio.
Antiinflamatorios
Los antiinflamatorios tienen efecto analgésico y actúan directamente sobre la inflamación, demostrando mejores resultados que los analgésicos comunes. Son fármacos que actúan para aliviar el dolor inclusive en casos de artrosis moderada/severa.
A pesar de la buena respuesta, los antiinflamatorios son medicamentos con alta toxicidad, aumentando los riesgos de úlceras de estómago, enfermedades cardíacas y lesión de los riñones.
Corticoides intraarticulares
Los corticoides, cuando inyectados en articulaciones artríticas, actúan disminuyendo la inflamación y aliviando los síntomas de la osteoartritis.
Inyecciones intraarticulares de corticoides pueden ser recomendadas para personas que tienen artrosis limitada a pocas articulaciones, y que no consiguen controlar el dolor solamente con el uso de antiinflamatorios (o ya presentan señales de toxicidad a los mismos).
Los corticoides pueden dañar las articulaciones, principalmente aquellas que soportan peso, como rodillas, cuando inyectados con frecuencia. Por lo tanto, se recomienda no más que 3-4 inyecciones al año en cada articulación.
Inyección de hialuronato de sodio
El líquido articular normal contiene una gran cantidad de hialuronato, que lo hace viscoso, permitiendo el deslizamiento sin fricción de los huesos. Hialuronatos sintéticos pueden ser inyectados en la rodilla para tratar la artritis.
Después de la inyección, el alivio del dolor puede durar varios meses.
Inyecciones de hialuronato generalmente son reservadas para los pacientes con osteoartritis que no pueden tomar antiinflamatorios o que no presenten alivio adecuado del dolor con ellos.
C. TRATAMIENTO QUIRÚRGICO DE LA ARTROSIS
La cirugía generalmente se reserva para casos de artritis severa y limitante que no responden a los tratamientos descritos anteriormente.
Es importante tener en cuenta que se recomienda la cirugía antes de que la artritis cause complicaciones tales como pérdida muscular y deformidades articulares. Además, aquellos que se someten a cirugía deben tener buena salud y estar listos para la rehabilitación postoperatoria.
Sinovectomía artroscópica
La sinovectomía artroscópica es la extirpación quirúrgica de la membrana sinovial (el revestimiento de la articulación que suele estar inflamado en la artrosis) utilizando un artroscópico, que se inserta en la articulación. La sinovectomía puede ser recomendada para personas que tienen osteoartritis y no responden a otras medidas.
Realineación
Se puede utilizar esta cirugía para realinear los huesos y otras estructuras que se han desalineado debido a la osteoartritis. La realineación puede ser recomendada para pacientes más jóvenes y más activos.
Fusión
Esta cirugía puede ser usada para fundir permanentemente dos o más huesos de una articulación. Este procedimiento puede ser recomendado para articulaciones damnificadas en la cual la cirugía de sustitución articular ya no es apropiada. La cirugía de fusión, generalmente, es indicada para las articulaciones del puño, tobillo y articulaciones de los dedos.
Reemplazo de la articulación
La cirugía también puede ser indicada para sustituir una articulación damnificada por una artificial. La cirugía de sustitución articular alivia el dolor en personas con artritis grave, principalmente de la cadera o rodilla. Sin embargo, puede tardar hasta un año para que los beneficios de la cirugía de reemplazo articular sean plenamente demostrados.
Injertos de cartílago
Esta cirugía puede ser utilizada para el injerto de las células del cartílago en las articulaciones dañadas. Los injertos de cartílago se indican cuando la lesión se limita a un área muy pequeña, todavía rodeada por el cartílago normal.
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